142. Dios, viendo que somos
indignos de recibir sus gracias inmediatamente de su mano, dice San Bernardo, se
las da a María, para que por Ella tengamos todo lo que El quiere darnos; y El cifra
también su gloria en recibir por las manos de María el agradecimiento, el
respeto y el amor que por sus beneficios le debemos. Es pues justísimo que
imitemos esta conducta de Dios, “para que la gracia -dice el mismo san Bernardo-
vuelva a su autor por el mismo canal que ha venido: Ut eodem alveo ad largitorem gratia redeat quo fluxit”.
Es lo que hacemos en nuestra
devoción: ofrecemos y consagramos todo lo que somos y todo lo que tenemos a la
Santísima Virgen, a fin de que Nuestro Señor reciba por su mediación la gloria
y el agradecimiento que le debemos. Nos reconocemos indignos e incapaces de
acercarnos a su Majestad infinita por nosotros mismos: por eso nos valemos de
la intercesión de la Santísima Virgen.
1) 1) De Aquaeductu, n° 18
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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