jueves, 24 de diciembre de 2009

domingo, 20 de diciembre de 2009

Nuestra Señora de la O - La Expectación del alumbramiento


Nos escribe un colaborador del sitio:
Una devoción lindísima es la que se celebraba en el calendario litúrgico antiguo, de Nuestra Señora de la O, también llamada de la Expectación.
Nos presenta a la Ssma. Virgen como representando a todo el género humano en lo que tiene de más selecto y fiel a Dios, expectante ante la maravilla del nacimiento del Mesías.
Son varias antífonas, seis, creo, que van desde el 18 de diciembre, fiesta de Ntra. Sra. de la O, hasta Nochebuena. Todas empiezan con un "Oh!" lleno de expectativa, de admiración, por los encantos del Príncipe que viene de brazo armado a luchar para librar a los hombres de las ataduras del pecado.
Las antífonas contienen las más bellas expresiones: Oh Adonai! Oh raíz de Jesé! Oh llave de David!
Así al menos las interpreto en mi muy rudimentario latín, esperando que alguien más versado pueda confirmarlo o corregirlo.
Adonai, tengo entendido, es un Príncipe maravilloso, y así dice la primera de las "Oh":
O Adonái et Dux dómus Israel,
qui Móysi in igne flámmae rúbi apparuísti,
et éi in Sína légem dedísti:
véni ad rediméndum nos in bráchio exténto.
Creería que esto quiere decir:
Oh Príncipe maravilloso y conductor de la Casa de Israel/que apareciste a Moisés en la zarza ardiente/y le diste la ley en el Sinaí/ven a redimirnos de brazo extendido.
******
A continuación, sugerimos leer las consideraciones del autor del "Flos Sanctorum", Padre Francisco de Paula Morell, SJ. Pulsando sobre la imagen que acompaña esta nota, podremos leer el texto o copiando la imagen.
"Adonai", de acuerdo al índice de la Vulgata es el nombre de Dios, significa "mi Señor". Y creemos que es legítimo pensar en Nuestro Señor como un Príncipe maravilloso, hijo de la Reina del cielo y de la tierra, de los Angeles y de los hombres, como nos enseña San Luis María en su Rosario meditado, ya que Príncipe es usado por la Santa Iglesia como sinónimo de Rey, como en la letanía de todos los Santos, cuando se pide por la concordia de los príncipes cristianos.
Que Nuestra Señora de la O nos prepare para recibir a nuestro Adonái, al Niño Dios, Rey del Universo, que dentro de unos días nace en un humilde y encantador pesebre, en la Ciudad Real de David.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cap. I - Nuestra Señora ennoblecedora - La devoción a la Ssma. Virgen es aún más necesaria a los llamados a una perfección particular (TVD, 43-4)

La Virgen Esperanza Macarena - Gentileza del sitio Fotos Cofrades
2. La devoción a la Ssma. Virgen es aún más necesaria para los llamados a una perfección particular 
43. Si la devoción a la Santísima Virgen es necesaria para todos los hombres simplemente para alcanzar su salvación, lo es mucho más aún a aquellos llamados a una perfección particular; y no creo que una persona pueda adquirir una unión íntima con Nuestro Señor y una fidelidad perfecta al Espíritu Santo sin una grandísima unión con la Ssma. Virgen y una gran dependencia de su socorro. 
44. Es sólo María quien ha encontrado gracia delante de Dios 1, sin ayuda de ninguna otra criatura. No es sino por Ella que todos los que han hallado gracia delante de Dios después de Ella la han encontrado, y no es sino por Ella que la encontrarán todos los que vendrán de aquí en más. Llena de gracia estaba cuando la saludó el Arcángel Gabriel 2, y sobreabundantemente llena de gracia quedó por el Espíritu Santo cuando la cubrió con su sombra inefable 3; y de tal manera acrecentó de día en día y de instante en instante esta doble plenitud, que llegó a un grado de gracia inmenso e inconcebible: de tal manera que el Altísimo la ha hecho la tesorera única de sus tesoros y la única dispensadora de sus gracias, para ennoblecer, elevar y enriquecer a quien Ella quiera, para hacer entrar a quien Ella quiera en la vía estrecha del cielo, para hacer pasar, a pesar de todo, a quien Ella quiera por la puerta angosta de la vida, y para dar el trono, el cetro y la corona de rey a quien Ella quiera. Jesús es en todas partes y siempre el fruto y el Hijo de María; y María es en todas partes el verdadero árbol que lleva el fruto de vida, y la verdadera Madre que lo produce 4. 1) S. Lucas, I, 30. 2) S. Lucas, I, 28 3) ibid., I, 35 4) Ver ít. 33

Comentario
Salvador de Madariaga sintetiza la obra de España en América con el verbo "ennoblecer". San Luis María lo emplea en primer lugar entre las acciones de Nuestra Señora en las almas, reforzándolo con la idea de que Ella da el trono, el cetro y la corona del Rey a las almas de los bienaventurados. 
El católico mariano debe buscar la excelencia para los ambientes y las personas. Pedir la gracia de ser apóstol del marial ennoblecimiento espiritual y cultural. 
Una sociedad así camina adelante y hacia lo alto, nutrida de las inspiraciones mariales. La plenitud de esa acción se dará en el Reino de María anunciado por San Luis Ma. Y si los ambientes modernos masificados y frecuentemente inmorales son lo contrario, la acción de la Virgen "ruina y aplastadora del demonio y de las herejías" (Rosario meditado de S. L. M. G.) se torna más urgente. Abramos caminos a esa acción con nuestras oraciones, unidas a las de la Reina del Cielo y de la tierra.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Cap. I - María es necesaria a los hombres para llegar a su último fin - Una marca de reprobación y una señal infalible de predestinación... (TVD, 39-42)

Nuestra Señora del Rosario - Convento de Santo Domingo - San Miguel de Tucumán

2ª Consecuencia: María es necesaria a los hombres para llegar a su último fin 

39. En segundo lugar, es necesario concluir que siéndole la Santísima Virgen necesaria a Dios –de una necesidad llamada hipotética, a consecuencia de su voluntad- Ella es mucho más necesaria a los hombres para llegar a su último fin. Luego, no debemos confundir la devoción a la Santísima Virgen con las devociones a los otros santos, como si no fuera más necesaria que éstas, y sólo de supererogación. 

1.- La devoción a la Ssma. Virgen es necesaria a todos los hombres para lograr su salvación 

40. El docto y piadoso Suárez, de la Compañía de Jesús, el sabio y devoto Justo Lipsio, doctor de Lovaina, y otros varios, han probado irrefutablemente [n. “invenciblemente” en el original], fundándose en el sentir de los Padres, entre otros de San Agustín, de San Efrén, Diácono de Edesa, de San Cirilo de Jerusalén, de San Germán de Constantinopla, de San Juan Damasceno, de San Anselmo, San Bernardo, San Bernardino, Santo Tomás y San Buenaventura, que la devoción a la Santísima Virgen es necesaria para la salvación; y que es una marca infalible de reprobación, en el sentir del propio Escolapadio y de algunos otros herejes, no tener estima y amor por la Santísima Virgen; y que, por el contrario, es una señal infalible de predestinación el serle entera y verdaderamente devoto. 

41. Las figuras y las palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento lo prueban, el sentir y los ejemplos de los santos lo confirman, la razón y la experiencia lo enseñan y lo demuestran; el mismo diablo y sus secuaces, presionados por la fuerza de la verdad, se han visto a menudo obligados a confesarlo a pesar suyo. De todos los pasajes de los santos Padres y de los Doctores, de que he hecho una amplia colección para probar esta verdad, tan sólo refiero uno para no alargarme demasiado: “Tibi devotum esse, est arma quaedam salutis quae Deus his dat quos vult salvos fieri… (Juan Damasceno). Seros devoto, oh Santa Virgen, dice San Juan Damasceno, es un arma de salvación que Dios da a aquellos a quienes quiere salvar”. 

42. Podría referir aquí varias historias que prueban esto mismo, entre otras: 1º) la que se cuenta en las Crónicas de San Francisco, de cuando vio en un éxtasis una gran escalera que subía al cielo, en cuyo extremo se encontraba la Santísima Virgen, y por la cual le fue mostrado que era preciso subir para llegar al cielo; 2º) la que se refiere en las Crónicas de Santo Domingo, de cuando quince mil demonios, que poseían el alma de un infeliz hereje, cerca de Carcasona, donde Santo Domingo predicaba el Rosario, fueron obligados, para su confusión, por mandato que les impuso la Santísima Virgen, a confesar varias grandes y consoladoras verdades tocantes a su devoción, con tanta fuerza y claridad, que no puede leerse esta historia auténtica y el panegírico que el demonio, a pesar suyo, hizo de esta devoción, sin derramar lágrimas de alegría, por poco devoto que uno sea de la Ssma. Virgen. Tratado de la Verdadera Devoción a la Ssma. Virgen - San Luis María Grignion de Montfort - Traducido del original francés por "IPSA CONTERET"