domingo, 20 de diciembre de 2009

Nuestra Señora de la O - La Expectación del alumbramiento


Nos escribe un colaborador del sitio:
Una devoción lindísima es la que se celebraba en el calendario litúrgico antiguo, de Nuestra Señora de la O, también llamada de la Expectación.
Nos presenta a la Ssma. Virgen como representando a todo el género humano en lo que tiene de más selecto y fiel a Dios, expectante ante la maravilla del nacimiento del Mesías.
Son varias antífonas, seis, creo, que van desde el 18 de diciembre, fiesta de Ntra. Sra. de la O, hasta Nochebuena. Todas empiezan con un "Oh!" lleno de expectativa, de admiración, por los encantos del Príncipe que viene de brazo armado a luchar para librar a los hombres de las ataduras del pecado.
Las antífonas contienen las más bellas expresiones: Oh Adonai! Oh raíz de Jesé! Oh llave de David!
Así al menos las interpreto en mi muy rudimentario latín, esperando que alguien más versado pueda confirmarlo o corregirlo.
Adonai, tengo entendido, es un Príncipe maravilloso, y así dice la primera de las "Oh":
O Adonái et Dux dómus Israel,
qui Móysi in igne flámmae rúbi apparuísti,
et éi in Sína légem dedísti:
véni ad rediméndum nos in bráchio exténto.
Creería que esto quiere decir:
Oh Príncipe maravilloso y conductor de la Casa de Israel/que apareciste a Moisés en la zarza ardiente/y le diste la ley en el Sinaí/ven a redimirnos de brazo extendido.
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A continuación, sugerimos leer las consideraciones del autor del "Flos Sanctorum", Padre Francisco de Paula Morell, SJ. Pulsando sobre la imagen que acompaña esta nota, podremos leer el texto o copiando la imagen.
"Adonai", de acuerdo al índice de la Vulgata es el nombre de Dios, significa "mi Señor". Y creemos que es legítimo pensar en Nuestro Señor como un Príncipe maravilloso, hijo de la Reina del cielo y de la tierra, de los Angeles y de los hombres, como nos enseña San Luis María en su Rosario meditado, ya que Príncipe es usado por la Santa Iglesia como sinónimo de Rey, como en la letanía de todos los Santos, cuando se pide por la concordia de los príncipes cristianos.
Que Nuestra Señora de la O nos prepare para recibir a nuestro Adonái, al Niño Dios, Rey del Universo, que dentro de unos días nace en un humilde y encantador pesebre, en la Ciudad Real de David.

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