[Artículo
IV – GRAN CONFIANZA EN DIOS Y EN MARIA]
216. 4 - La Santísima
Virgen te llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma:
1°
- Porque ya no te acercarás a Jesucristo por ti mismo, sino siempre por medio
de esta bondadosa Madre.
2°.
Porque, habiéndole dado todos tus méritos, gracias y satisfacciones, para que disponga
de ellos a su voluntad, Ella te comunicará sus virtudes y te revestirá de sus
méritos, de suerte que podrás decir a
Dios con confianza: "He aquí a
María, tu sierva: hágase en mí según tu palabra: Ecce ancilla Domini, fiat mihi secundum verbum tuum” (Lc.1, 38).
3°
- porque, habiéndote dado tú todo entero a Ella, en cuerpo y alma, Ella, que es
generosa con los generosos y más liberal que los dadivosos, se dará a cambio a
ti de una manera maravillosa, pero verdadera; de modo que podrás decirle resueltamente:
Tuus sum ego, salvum me
fac: Tuyo soy yo, Virgen Santa, sálvame (Ps. 118, 94); o como he dicho ya, con el
Discípulo amado: Accepi te in mea: os
he tomado, Santa Madre, por todos mis bienes (Jn., 19, 27).
También
podrás decir con San Buenaventura: Ecce
Domina salvatrix mea, fiducialiter agam, et non timebo, quia fortitudo mea, et
laus mea in Domino es tu. Y en otro
lugar: Tuus totus ego sum, et omnia mea
tua sunt, o Virgo gloriosa, super omnia benedicta; ponam te ut signaculum super
cor meum, quia fortis est ut mors dilectio tua (S. Bon. In psal. min. B.V.): “Querida Señora y salvadora
mía, actuaré confiadamente y no temeré, porque Vos sois mi fortaleza y mi alabanza
en el Señor”. Y en otro lugar: “Soy todo vuestro, y todo lo mío os pertenece; ¡oh
Virgen gloriosa, bendita sobre todas las cosas creadas, que yo os ponga como un
sello sobre mi corazón, porque vuestro amor es fuerte como la muerte!”
Podrías
decir a Dios con los sentimientos del Profeta: Domine, non est exaltatum cor
meum, neque elati sunt oculi mei; neque ambulavi in magnis, neque in
mirabilibus super me; si non humiliter sentiebam, sed exaltavi animam; sicut
ablactatus super matre sua, ita retributio in anima mea:
“Señor,
no se ha engreído mi corazón, ni se han ensoberbecido mis ojos. No voy detrás
de grandezas, ni de cosas más altas que yo. Antes he sosegado y puesto en paz
el alma mía. Cual párvulo en el regazo de su madre, así está mi alma dentro de
mí” (Ps. 130).
4°.
Lo que aumentará más aún tu confianza en Ella, es que, habiéndole dado en
depósito todo lo bueno que tienes para darlo o conservarlo, tendrás menos
confianza en ti mismo y mucho más en Ella, que es tu tesoro. ¡Oh, qué confianza
y qué consuelo para un alma poder decir que el tesoro de Dios, en el que El ha
puesto todo lo que tiene de más precioso, es el suyo también! Ipsa est thesaurus Domini: Ella es, dice
un santo, el tesoro del Señor (cf. Raimundo Jordán).
Comentario de IPSA CONTERET:
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
A.M.M.G.