viernes, 7 de mayo de 2021

Los réprobos odian y persiguen todos los días a los predestinados (TVD 189-190)

 


189. 4°   Los réprobos venden su derecho de primogenitura, es decir los placeres del Paraíso por un plato de lentejas, es decir por los placeres de la tierra. Ellos ríen, ellos beben, ellos comen, ellos se divierten, ellos juegan, ellos danzan, etc. ……, sin afligirse, como Esaú, en hacerse dignos de la bendición del Padre celestial. En tres palabras, ellos no piensan sino en la tierra, ellos no aman más que la tierra, ellos no hablan y no actúan más que por la tierra y sus placeres, vendiendo, por un breve momento de placer, por un vano humo de honra, y por un pedazo de tierra dura, amarilla o blanca [oro o plata], la gracia bautismal, su vestido de inocencia, su herencia celestial.

190. 5°     Finalmente, los réprobos odian y persiguen todos los días a los predestinados, abierta o secretamente; ellos no pueden tolerarlos,   ellos los desprecian, ellos los critican, ellos los imitan con falsía para ponerlos en ridículo, ellos los injurian, ellos les roban, ellos los engañan, ellos los empobrecen, ellos los expulsan, ellos los reducen a polvo; mientras que ellos hacen fortuna, ellos disfrutan de sus placeres, ellos viven regaladamente, ellos se enriquecen, ellos se engrandecen y viven a gusto.

Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
A.M.M.G.

miércoles, 5 de mayo de 2021

"He aquí la conducta que guardan los réprobos todos los días" (TVD 185-188)

 



185. Antes de explicar esta historia, que es tan bella, es preciso advertir que, según todos los Santos Padres e intérpretes de la Sagrada Escritura, Jacob es la figura de Jesucristo y de los predestinados, y Esaú la de los réprobos. No hay más que examinar las acciones y conducta de uno y otro para entenderlo [juzgarlo].  

1 - Esaú, el primogénito, era fuerte y robusto de cuerpo, y diestro para tirar con el arco y lograr muchas presas en la caza.

2 – No permanecía casi nunca en casa y, no poniendo su confianza más que en su fuerza y destreza, no trabajaba sino fuera de su hogar.

3 – No se afligía mayormente por agradar a su madre Rebeca, y no hacía nada por ello.

4 – Era tan comilón, y tan ávido de llenarse* [*‘tan amante de su boca’], que vendió su derecho de primogenitura por un plato de lentejas.

5 – Estaba, como Caín, lleno de envidia contra su hermano Jacob, y lo perseguía a muerte.

186. He aquí la conducta que guardan los réprobos todos los días.

1°- Se fían de su fuerza y habilidades para los asuntos temporales; son muy fuertes, muy hábiles y muy enterados para las cosas de la tierra, pero muy débiles y muy ignorantes en las cosas del Cielo: In terrenis fortes, in coelestibus debiles. Y es por eso que:

187. 2° – No permanecen, o muy poco, en su morada, en su propia casa, es decir en su interior, que es la casa interior y esencial que Dios le ha dado a cada hombre para quedarse allí a Su ejemplo: pues Dios está siempre en su casa. A los réprobos no les gusta el retiro, ni la espiritualidad, ni la devoción interior, y tratan de espíritus mezquinos, de devotos estrechos y exagerados [*bigots], y de insociales a los que son interiores y retirados del mundo, y que trabajan más al interior que al exterior.

188. 3° – Los réprobos no se preocupan casi de la devoción a la Santa Virgen, la Madre de los predestinados; cierto es que no la aborrecen formalmente, [que] algunas veces le tributan alabanzas, [que] dicen que la aman y aún practican alguna devoción en su honor; pero, por lo demás, no pueden sufrir que se la ame tiernamente, porque no tienen por Ella las ternuras de Jacob; desaprueban las prácticas de devoción a las que sus buenos hijos y siervos se entregan fielmente para merecer su afecto, porque no creen que esta devoción les sea necesaria para su salvación y que, mientras no odien formalmente a la Santa Virgen, o no desprecien abiertamente su devoción, es suficiente, y [que] ellos han ganado las buenas gracias de la Santa Virgen, [que] ellos son sus siervos, diciendo y murmurando entre dientes algunas oraciones en su honra, sin ternura para con Ella ni enmienda [de sus pecados] para con sí mismos.

Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
A.M.M.G.

lunes, 3 de mayo de 2021

Figura bíblica de esta Perfecta Devoción: Rebeca y Jacob - CAP. VI (TVD 183-184)

 


CAPITULO VI

Figura bíblica de esta Perfecta Devoción:

Rebeca y Jacob

183. De todas las verdades que acabo de describir en relación a la Santísima Virgen y a sus hijos y siervos, el Espíritu Santo nos brinda en la Sagrada Escritura (Gn. 17) una figura admirable en la historia de Jacob, que recibió la bendición de su padre Isaac por la diligencia e industria de su madre Rebeca.

 He aquí cómo la refiere el Espíritu Santo.  A continuación agregaré su explicación.                                            

ARTÍCULO  I

                                      REBECA  Y  JACOB                                   

 

HISTORIA DE JACOB

184. Habiendo vendido Esaú a Jacob su derecho de primogenitura, Rebeca, madre de ambos hermanos, que amaba tiernamente a Jacob,  le aseguró, varios años después, la ventaja [de aquel privilegio] por una sutileza de espíritu toda santa y toda plena de misterios. Pues Isaac, sintiéndose ya muy viejo, y queriendo bendecir a sus hijos antes de morir, llamó a su hijo Esaú, a quien amaba, ordenándole que fuese a cazar algo de comer para luego bendecirlo. Rebeca le advirtió prontamente a Jacob de lo que pasaba, y le mandó que fuese a buscar dos cabritos en la majada. Así que él se los entregó a su madre, ella se los preparó a Isaac como sabía que le gustaban; ella vistió a Jacob con los vestidos de Esaú, que guardaba, y le cubrió las manos y el cuello con la piel de los cabritos, para que su padre, que ya no veía,  al oír la voz de Jacob, al menos creyese, por el vello de sus manos, que se trataba de Esaú, su hermano. Isaac, en efecto, sorprendido por el timbre de su voz, que le parecía ser la de Jacob, le mandó acercarse, y palpando el pelo de las pieles con las que se había cubierto las manos, dijo que la voz, en verdad, era la voz de Jacob, pero que las manos eran las manos de Esaú. Después que hubo comido y que hubo sentido, al besar a Jacob, el olor de sus ropas perfumadas, lo bendijo y le deseó el rocío del cielo y la fecundidad de la tierra; lo constituyó en señor de todos sus bienes (N.d.l.R. 1) y terminó su bendición con estas palabras: “Que aquel que te maldiga sea él mismo maldito, y que aquel que te bendiga sea colmado de bendiciones”.

Apenas Isaac había terminado [de decir] estas palabras, entra Esaú y trae para comer lo que había obtenido en la caza, para que su padre lo bendiga luego. Este santo patriarca se sorprendió con increíble asombro al darse cuenta de lo que acababa de pasar; pero, bien lejos de retractar lo que había hecho, al contrario, lo confirmó, porque veía demasiado claramente el dedo de Dios en todo este suceso. Esaú comenzó entonces a lanzar bramidos, como nota la Sagrada Escritura y, acusando a grandes voces el engaño de su hermano, le preguntó a su padre si no tenía más que una sola bendición; siendo en este punto, como advierten los Santos Padres, la imagen de aquellos que, aliando tranquilamente a Dios con el mundo, quieren gozar a la vez de las consolaciones del Cielo y de las [delicias] de la tierra. Isaac, conmovido por los gritos de Esaú, finalmente lo bendijo, pero con una bendición de la tierra y sujetándolo a su hermano: lo que le hizo concebir un odio tan envenenado contra Jacob, que no esperaba más que la muerte de su padre para matarlo; y Jacob no hubiera podido evitar la muerte si su querida madre Rebeca no lo hubiera garantizado por sus destrezas y los buenos consejos que le dio, y que él siguió.

(N.d.l.R. 1): algunas traducciones del Tratado de la Verdadera Devoción al castellano, desconocemos por qué, traducen aquí: lo constituyó en señor de todos sus hermanos, cuando no hay parecido alguno entre "hermanos" y "bienes". Asimismo, el texto citado dice más abajo que Isaac sujetó a Esaú a la autoridad de Jacob, por lo que Esaú concibió un odio inconciliable contra Jacob. El mayorazgo, que la  historia bíblica describe, y que existía en España, Francia, Portugal y otros países europeos e iberoamericanos -como es el caso de Argentina-, vinculaba habitualmente un conjunto de bienes (por lo que se llamaba también "el Vínculo" a su titular). Seguramente, en los tiempos patriarcales, el Señor del Mayorazgo tenía dominio sobre los bienes y sobre sus hermanos.

 Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


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A.M.M.G.

 

 

domingo, 2 de mayo de 2021

Con Vuestro auxilio, combatiré y podré en fuga a mis enemigos (TVD 182)

 

San Juan Damasceno

182. Que los fieles servidores de María digan, pues, osadamente con San Juan Damasceno: “Teniendo confianza en Vos, oh Madre de Dios, seré salvo; teniendo Vuestra protección, no temeré a nada; con Vuestro auxilio, combatiré y podré en fuga a mis enemigos; pues vuestra devoción es un arma de salvación que Dios da a quienes quiere salvar: Spem tuam habens, o Deipara, servabor; defensionem tuam possidens, non timebo; persequar inimicos meos et in fugam vertam, habens protectionem tuam et auxilium tuum; nam tibi devotum esse est arma quaedam salutis quae Deus his dat quos vult salvos fieri" (Joan. Damas., ser. de Annuntiat).

Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


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A.M.M.G.