189. 4° Los réprobos venden su derecho de
primogenitura, es decir los placeres del Paraíso por un plato de lentejas, es
decir por los placeres de la tierra. Ellos ríen, ellos beben, ellos comen,
ellos se divierten, ellos juegan, ellos danzan, etc. ……, sin afligirse, como
Esaú, en hacerse dignos de la bendición del Padre celestial. En tres palabras,
ellos no piensan sino en la tierra, ellos no aman más que la tierra, ellos no
hablan y no actúan más que por la tierra y sus placeres, vendiendo, por un breve
momento de placer, por un vano humo de honra, y por un pedazo de tierra dura,
amarilla o blanca [oro o plata], la gracia bautismal, su vestido de inocencia,
su herencia celestial.
190. 5°
Finalmente, los réprobos odian y persiguen todos los días a los predestinados,
abierta o secretamente; ellos no pueden tolerarlos, ellos
los desprecian, ellos los critican, ellos los imitan con falsía para ponerlos
en ridículo, ellos los injurian, ellos les roban, ellos los engañan, ellos los
empobrecen, ellos los expulsan, ellos los reducen a polvo; mientras que ellos
hacen fortuna, ellos disfrutan de sus placeres, ellos viven regaladamente, ellos
se enriquecen, ellos se engrandecen y viven a gusto.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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