martes, 1 de septiembre de 2020

“Cuando queráis ofrecer algo a Dios, cuidad de ofrecerlo por las manos agradabilísimas y dignísimas de María, si no queréis recibir ninguna repulsa" (TVD, 149)




149. 4° Ella hace que Jesús acepte estas buenas obras, por pequeño y pobre que sea el don para este Santo de los santos y este Rey de los reyes. Cuando presentamos alguna cosa a Jesús por nosotros mismos y apoyados en nuestra propia industria y habilidad, Jesús examina el regalo y a menudo lo rechaza a causa de la mancha que contrae por el amor propio; como antiguamente rechazó los sacrificios de los judíos, repletos de su propia voluntad. Pero cuando le presentamos algo por las manos puras y virginales de su bienamada, lo tomamos por su lado débil, si se me permite usar esta expresión; El no considera tanto lo que le damos cuanto a su buena Madre que se lo presenta; El no mira tanto la procedencia del regalo sino a Aquella por quien le viene. Así María, que jamás es rechazada, sino siempre bien recibida de su Hijo, hace que sea recibido agradablemente por su Majestad todo lo que Ella le presenta, pequeño o grande: basta que María se lo presente para que Jesús lo reciba y se complazca. Es el gran consejo que daba San Bernardo a aquellos y aquellas que él conducía a la perfección: “Cuando queráis ofrecer algo a Dios, cuidad de ofrecerlo por las manos agradabilísimas y dignísimas de María, si no queréis recibir ninguna repulsa: Modicum quid offerre desideras, manibus Mariae offerendum tradere cura, si non vis sustinere repulsam”. (S. Bernardo, Lib. De Aquaed.).

Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre
 expresiones castellanas más habituales
A.M.M.G.