[§ 2° - Rezar la Pequeña Corona de la Santísima Virgen]
234. Segunda práctica. Rezarán
todos los días de su vida, aunque sin atarse con obligación alguna, la Pequeña Corona
de la Santísima Virgen, compuesta de tres Padrenuestros y doce Avemarías para
honrar los doce privilegios y grandezas de la Santísima Virgen. Esta práctica
es muy antigua y tiene sus fundamentos en la Sagrada Escritura. San Juan vio
una Mujer coronada de doce estrellas, vestida del sol, y teniendo la luna a sus
pies [Apoc. 12, 1], Mujer que, según los intérpretes, es la Santísima Virgen.
235. Hay muchas maneras de rezarla
bien que sería largo comentar: el Espíritu Santo se las enseñará a aquellos y
aquellas que sean los más fieles a esta devoción. Sin embargo, para rezarla
bien simplemente, se debe decir al principio: Dignare me laudare te, Virgo sacrata; da mihi virtutem contra
hostes tuos (Hacedme digno de alabaros,
Virgen sagrada; dadme fuerza contra vuestros enemigos); en seguida se
rezará el Credo y después un Padrenuestro, cuatro Avemarías y un Gloria; todo
ello tres veces. Al fin, se reza: Sub tuum praesidium [Bajo tu amparo acudimos, Santa Madre de Dios…].
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales