Aunque
lo esencial de esta devoción consiste en lo interior [n° 119], no por eso deja
de tener algunas prácticas exteriores que no hay que descuidar. Necesario es hacer esto sin omitir aquello [Mt.
23,23], ya porque las prácticas exteriores bien hechas ayudan a las
interiores, ya porque recuerdan al hombre, que siempre se guía por los
sentidos, lo que ha hecho o debe hacer; ya porque son a propósito para edificar
al prójimo que las ve, lo que no ocurre con las que son puramente interiores.
Que ningún mundano, pues, ni crítico, meta aquí su nariz para decir que la
verdadera devoción está en el corazón, que hay que evitar lo que es exterior,
que puede haber vanidad en ello, que se ha de esconder nuestra devoción, etc.
Yo les contesto con mi Señor: que los hombres vean vuestras buenas obras para
que glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos [Mt. 5, 16]; no se trata,
dice San Gregorio, de que debamos hacer las acciones y devociones exteriores
para agradar a los hombres y obtener alguna alabanza, lo que sería vanidad;
pero se las hace a veces ante los hombres teniendo en vista agradar a Dios y
así darle gloria, sin preocuparse de los desprecios o alabanzas de los hombres.
No
he de referir sino resumidamente algunas prácticas exteriores, que no las llamo
exteriores porque se hagan sin lo interior, sino porque tienen algo de
exterior, para distinguirlas de las que son puramente interiores.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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