229. Durante la segunda semana, se dedicarán en todas sus oraciones y obras
del día a conocer la Santísima Virgen. Pedirán este conocimiento al Espíritu
Santo. Podrán leer y meditar lo que sobre esto llevamos dicho. Rezarán, como la
primera semana, las letanías del Espíritu Santo y el Ave maris Stella, y además
un Rosario todos los días, o al menos un tercio, con esta intención.
230. Emplearán la tercera semana en conocer a Jesucristo. Podrán leer y
meditar lo que arriba dijimos, y rezar la oración de San Agustín, que está
hacia el comienzo de esta segunda parte (n° 67). Podrán, con el mismo santo,
rezar y repetir cien y cien veces cada día: Noverim te: ¡Señor, que yo os
conozca! O bien, Domine, ut videam! ¡Señor, que yo vea quién sóis Vos! Rezarán,
como en las semanas precedentes, las letanías del Espíritu Santo y el Ave maris
Stella, y añadirán todos los días las letanías del Santo Nombre de Jesús.
231. Al fin de estas tres semanas, se confesarán y comulgarán con la intención
de entregarse a Jesucristo, en calidad de esclavos de amor, por las manos de María.
Y, después de la comunión, que procurarán hacer según el método que se expone
más adelante [n° 266…], recitarán la fórmula de su consagración, que también
hallarán más adelante; deberán escribirla o hacerla escribir, si no está
impresa, y firmarla el mismo día que la hagan.
232. Será bueno que, en ese día, paguen algún tributo a Jesucristo y a su
Santa Madre, ya sea en penitencia por su infidelidad pasada a los votos de su Bautismo,
ya para protestar su dependencia del dominio de Jesús y de María. Ahora bien,
este tributo será según la devoción y la capacidad de cada cual: como un ayuno,
una mortificación, una limosna, una vela; aún cuando no dieran más que un
alfiler en homenaje, de todo corazón, sería bastante para Jesús, que sólo
atiende a la buena voluntad.
233. Todos los años al menos, el mismo día, renovarán la misma consagración,
observando las mismas prácticas durante tres semanas. Podrán aún, todos los
meses y todos los días, renovar todo lo que han hecho por estas pocas palabras: Tuus totus ego sum, et omnia mea tua sunt:
Soy todo vuestro y todo cuanto tengo os pertenece, oh mi amable Jesús, por
María, vuestra santa Madre.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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