[4
- Ella los defiende y protege.]
210. El cuarto buen oficio que la Santísima Virgen ejercita
con sus hijos y fieles siervos es defenderlos y protegerlos contra sus
enemigos. Rebeca, con sus cuidados e industria, libró a Jacob de todos los
peligros en los que se vio y en particular de la muerte que su hermano Esaú aparentemente
le habría dado por el odio y envidia que le tenía, como en otro tiempo Caín a
su hermano Abel. María, la Madre bondadosa de los predestinados, los esconde bajo
las alas de su protección, como una gallina a sus polluelos; les habla, se abaja
a ellos, condesciende con todas sus debilidades [*para defenderlos del gavilán
y del buitre cf. P. Sánchez Ruiz]; se coloca en torno de ellos y los acompaña como un ejército puesto en orden de batalla:
ut castrorum acies ordinata (Cant. 6, 3).
Un hombre rodeado por un ejército bien ordenado de
cien mil hombres, ¿puede temer a sus enemigos? Un siervo fiel de María, rodeado
de su protección y poder imperial, tiene menos aún qué temer. Esta bondadosa
Madre y poderosa Princesa de los cielos enviaría batallones de millones de
ángeles para socorrer a uno de sus siervos para que jamás se diga que un fiel siervo
de María, que se confió a Ella, sucumbió a la malicia, al número y a la fuerza
de sus enemigos.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
No hay comentarios:
Publicar un comentario