133. Alguno dirá, tal vez: si le
doy a la Santísima Virgen todo el valor de mis acciones para aplicarlas a quien
Ella quiera, será necesario tal vez que yo sufra un largo tiempo en el
purgatorio.
Esta objeción, que viene del amor
propio y de la ignorancia de la liberalidad de Dios y de su Santa Madre, se
destruye por sí misma. Un alma ferviente y generosa que aprecia más los
intereses de Dios que los propios, que le da a Dios todo lo que tiene, sin
reserva, de modo que no le puede dar más, non
plus ultra, que no respira sino la gloria y el reino de Jesucristo por su
Santa Madre, y que se sacrifica toda entera para ganarlo; esta alma generosa,
digo, y liberal, ¿será castigada en el otro mundo por haber sido más liberal y
más desinteresada que las otras? ¡Bueno
fuera! Es con esa alma, como veremos enseguida, que Nuestro Señor y su Santa
Madre son liberalísimos en este mundo y en el otro, en el orden de la naturaleza,
de la gracia y de la gloria.
§ * *
* * * *
134. Conviene que veamos ahora,
lo más brevemente que nos sea posible, los motivos
que nos deben hacer recomendable esta devoción, los maravillosos efectos que ella produce en las almas
fieles, y las prácticas de esta
devoción.
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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