sábado, 21 de noviembre de 2020

Misioneros en Polonia y diferentes reinos, el R. P. Cornelio a Lápide, príncipes , princesas, duques y cardenales abrazaron esta devoción - La refutación "poderosa" del Card. de Bérulle a los críticos y libertinos (TVD, 161-2)

 

Cardenal de Bérulle

Mons. Fernando de Baviera, Arzobispo de Colonia

El gran teólogo Cornelio a Lápide, que examinó "maduramete" la sagrada esclavitud a pedido de Obispos y teólogos alabándola con piedad profunda  

161. Los RR. PP. Teatinos, el siglo pasado, establecieron esta devoción en Italia, Sicilia y Saboya.

El R. P. Estanislao Phalacius, de la Compañía de Jesús, dio a conocer maravillosamente esta devoción en Polonia 1).

El P. de Los Ríos, en su libro antes citado, consigna los nombres de los príncipes, princesas, duques y cardenales de diferentes reinos que abrazaron esta devoción.

El R. P. Cornelio de Lapide, tan recomendable por su piedad como por su ciencia profunda, habiendo recibido de varios obispos y teólogos el encargo de examinar esta devoción,  después de haberla examinado con madurez, hizo de ella alabanzas dignas de su piedad, y varios otros grandes personajes siguieron su ejemplo.

Los RR. PP. Jesuitas, siempre celosos en el servicio de la Santísima Virgen, presentaron, en nombre de los congregantes de Colonia, un pequeño tratado de esta devoción 2) al duque Fernando de Baviera – entonces arzobispo de Colonia–, quien le dio su aprobación y el permiso de hacerlo imprimir, exhortando a todos los párrocos y religiosos de su diócesis a difundir en toda la medida posible esta sólida devoción.

N.1.El rey de Polonia, Ladislao IV, habiéndose hecho inscribir en Lovaina, encargó a los Padres Jesuitas predicarla en su reino. (Cf. S. A. XI, 124 y ss.).

N.2 Titulado Mancipium Virginis, El esclavo de la Virgen, Colonia, 1634. (Cf. Kronenburg, VII, 316-7).

 

162. El cardenal de Bérulle, cuya memoria bendice toda Francia, fue uno de los más celosos en propagar por Francia esta devoción, a pesar de todas las calumnias y persecuciones que le hicieron los críticos y los libertinos. Estos lo acusaron de novedad y superstición, y escribieron y publicaron contra él un escrito difamatorio, y se sirvieron –o más bien el demonio por su ministerio– de mil argucias para impedirle divulgar por Francia esta devoción. Pero este grande y santo varón no respondió a sus calumnias sino con su paciencia, y a las objeciones contenidas en su libelo con un breve escrito en que los refuta poderosamente, mostrándoles que esta devoción se funda en el ejemplo de Jesucristo, las obligaciones que tenemos para con Él y en los votos que le hicimos en el Santo Bautismo. Y es particularmente con esta última razón que le cierra la boca a sus adversarios, haciéndoles ver que esta consagración a la Santísima Virgen, y a Jesucristo por manos de Ella, no es otra cosa que una perfecta renovación de los votos y promesas del Bautismo. Añade muchas cosas bellas sobre esta devoción, que pueden leerse en sus obras.

Comentario de IPSA CONTERET:

Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge

PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)


Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre
 expresiones castellanas más habituales
A.M.M.G.

 


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