Cardenal de Bérulle |
Mons. Fernando de Baviera, Arzobispo de Colonia |
El gran teólogo Cornelio a Lápide, que examinó "maduramete" la sagrada esclavitud a pedido de Obispos y teólogos alabándola con piedad profunda |
161. Los RR. PP. Teatinos, el siglo pasado,
establecieron esta devoción en Italia, Sicilia y Saboya.
El R. P. Estanislao Phalacius, de la Compañía de
Jesús, dio a conocer maravillosamente esta devoción en Polonia 1).
El P. de Los Ríos, en su libro antes citado, consigna
los nombres de los príncipes, princesas, duques y cardenales de diferentes reinos
que abrazaron esta devoción.
El R. P. Cornelio de Lapide, tan recomendable por su
piedad como por su ciencia profunda, habiendo recibido de varios obispos y
teólogos el encargo de examinar esta devoción, después de haberla examinado con madurez, hizo
de ella alabanzas dignas de su piedad, y varios otros grandes personajes
siguieron su ejemplo.
Los RR. PP. Jesuitas, siempre celosos en el servicio
de la Santísima Virgen, presentaron, en nombre de los congregantes de Colonia,
un pequeño tratado de esta devoción 2)
al duque Fernando de Baviera – entonces arzobispo de Colonia–, quien le dio su
aprobación y el permiso de hacerlo imprimir, exhortando a todos los párrocos y
religiosos de su diócesis a difundir en toda la medida posible esta sólida
devoción.
N.1.El rey de Polonia, Ladislao IV, habiéndose hecho
inscribir en Lovaina, encargó a los Padres Jesuitas predicarla en su reino.
(Cf. S. A. XI, 124 y ss.).
N.2 Titulado Mancipium
Virginis, El esclavo de la Virgen, Colonia, 1634. (Cf. Kronenburg, VII,
316-7).
162. El cardenal de Bérulle, cuya memoria bendice
toda Francia, fue uno de los más celosos en propagar por Francia esta devoción,
a pesar de todas las calumnias y persecuciones que le hicieron los críticos y
los libertinos. Estos lo acusaron de novedad y superstición, y escribieron y
publicaron contra él un escrito difamatorio, y se sirvieron –o más bien el
demonio por su ministerio– de mil argucias para impedirle divulgar por Francia
esta devoción. Pero este grande y santo varón no respondió a sus calumnias sino
con su paciencia, y a las objeciones contenidas en su libelo con un breve
escrito en que los refuta poderosamente, mostrándoles que esta devoción se
funda en el ejemplo de Jesucristo, las obligaciones que tenemos para con Él y en
los votos que le hicimos en el Santo Bautismo. Y es particularmente con esta
última razón que le cierra la boca a sus adversarios, haciéndoles ver que esta
consagración a la Santísima Virgen, y a Jesucristo por manos de Ella, no es
otra cosa que una perfecta renovación de los votos y promesas del Bautismo.
Añade muchas cosas bellas sobre esta devoción, que pueden leerse en sus obras.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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