166. Allí donde está María el espíritu maligno no está.
Y una de las señales más infalibles de que somos conducidos por el buen
espíritu es el ser muy devotos de María, pensar a menudo en Ella, y hablar a
menudo de Ella. Es el pensamiento de un santo N.1, quien añade que así como la respiración es señal clara de que
el cuerpo no está muerto, el pensamiento frecuente y la invocación amorosa de
María es una señal cierta de que el alma no está muerta por el pecado.
N.1: San Germán de Constantinopla, (Orat. In Encoenia venerandae aedis B.V.,
cit. S.A. VI, 51)
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