158. Que me abran un nuevo camino para ir a Jesucristo, y que ese camino
esté pavimentado con todos los méritos de los bienaventurados, adornado con todas
sus virtudes heroicas, alumbrado y embellecido con todas las luces y bellezas
de los ángeles, y que todos los ángeles y santos estén allí para conducir,
defender y sostener a aquellos y aquellas que quieran ir por él; en verdad, en
verdad, afirmo audazmente, y digo la verdad, que antes que tomar aquel camino presuntamente
tan perfecto, yo preferiría seguir el camino inmaculado de María: Posui immaculatam viam meam 1), senda y
camino sin mancha ni lodo alguno, sin pecado original ni actual, sin sombras ni
tinieblas. Y si mi amable Jesús en su gloria viene una segunda vez al mundo (como
es cierto que ha de venir), para reinar en él, no escogerá otro camino para su
venida que la divina María, por la cual tan segura y perfectamente ha venido la
primera vez.
La diferencia que habrá entre su primera y última venida es que la primera
fue secreta y escondida, y la segunda será gloriosa y resplandeciente; pero
ambas perfectas, porque ambas serán por María. ¡Ay! He aquí un misterio que no
se comprende: Hic taceat omnis lingua 2).
1) Ps. XVIII, 33: Hice inmaculado mi camino
2) “¡Que aquí enmudezca toda lengua!"
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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