112. ¡Oh!,
qué bien empleado estaría mi esfuerzo, si este pequeño escrito, cayendo en
manos de un alma bien nacida, -nacida de Dios y de María, y no de la sangre, ni
de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del varón- (*), le
descubriese e inspirase, por la gracia del Espíritu Santo, la excelencia y el
precio de la verdadera y sólida devoción a la Ssma. Virgen, que voy a describir
ahora! Si yo supiese que mi sangre criminal pudiera servir para hacer entrar en
el corazón las verdades que escribo en honor de mi querida Madre y soberana
Señora, de la cual soy el último de los hijos y esclavos, en lugar de tinta, la usaría para formar esos caracteres en la esperanza que me anima de encontrar
buenas almas que, por su fidelidad a la práctica que enseño, compensarán a mi
querida Madre y Señora de las pérdidas que le ha causado mi ingratitud e
infidelidad.
(*) cf., Jo., I, 13),
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(*nota): S. Mat., XXIV, 15 : « El que lo lea, entienda » ; Ibid., XIX,12 : «El que lo pueda comprender, comprenda ».
(*nota): S. Mat., XXIV, 15 : « El que lo lea, entienda » ; Ibid., XIX,12 : «El que lo pueda comprender, comprenda ».
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Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET
A.M.M.G.
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET
A.M.M.G.
© Luis María Mesquita Errea - Elena B. Brizuela y Doria de Mesquita E. - Ezequiel María B. Mesquita
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