180. Si
algún crítico –al leer esto-, se imagina que hablo con exageración y por una devoción
excesiva, ¡ay!* [*orig.: hélas!], él
no me entiende, o por ser un hombre carnal, que no aprecia las cosas del
espíritu, o porque él es del mundo, que no puede recibir al Espíritu Santo, o por
ser orgulloso y crítico, que condena o desprecia todo lo que no entiende. Pero
las almas que no son nacidas de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de
querer de hombre (S. Jn 1,13), sino de Dios y de María, me comprenden y me
degustan; y es por ellas asimismo que escribo esto.
181. No
obstante digo, para unos y otros, volviendo a mi interrumpido asunto, que la
divina María, siendo la más honesta y la más liberal de todas las puras
criaturas, no se deja jamás vencer en amor y liberalidad; y por un huevo, dice
un santo hombre, Ella da un buey* [*orig.: par un oeuf elle donne un boeuf];
esto es, por poco que le demos, Ella da mucho de lo que recibió de Dios; y, por
consiguiente, si un alma se le entrega sin reservas, Ella se da a esta alma sin reservas, si en Ella
depositamos toda nuestra confianza, sin presunción, trabajando por nuestra
parte en adquirir las virtudes y domar nuestras pasiones.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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