177. ¡Pobres
hijos de María! vuestra flaqueza es extrema,
vuestra inconstancia es grande, viciado vuestro interior! Sois, lo confieso, de la misma masa corrompida
que los hijos de Adán y Eva; más no por eso perdáis el coraje; mas..., consolaos! mas...,
regocijaos!; he aquí el secreto que os enseño, secreto desconocido por casi
todos los cristianos, aún por los más devotos.
No dejéis vuestro
oro y vuestra plata en cofres que ya han sido forzados por el espíritu maligno
que os robó, y que son demasiado pequeños, demasiado débiles y demasiado viejos
para contener un tesoro tan grande y tan precioso. No pongáis el agua pura y
cristalina de la fuente en vuestros vasos totalmente echados a perder e infectados
por el pecado. Si el pecado ya no está más allí, el olor aún permanece y el
agua se contaminará. No pongáis vuestros exquisitos vinos en vuestros viejos
toneles que han sido llenados con malos vinos: quedarían estragados y en
peligro de ser descartados.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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