Elección de la Verdadera Devoción a Nuestra Señora
90.
Supuestas estas cinco verdades, ahora, más que nunca, debemos hacer una buena
elección de la verdadera devoción a la Santísima Virgen: pues hay, hoy más que
nunca, falsas devociones a la Virgen que fácilmente pueden tomarse por
verdaderas.
El demonio, como monedero falso, y engañador fino y experimentado, ha
seducido y condenado ya a tantas almas con una falsa devoción a la Santísima
Virgen, que él se sirve todos los días de su experiencia diabólica para llevar a la condenación a tantas otras,
entreteniéndolas y adormeciéndolas en el pecado , so pretexto de algunas
oraciones mal rezadas y de algunas prácticas exteriores que les inspira. Como falsificador
de moneda, no falsifica generalmente más que el oro y la plata, y muy rara vez los
otros metales, porque no valen la pena; de este modo, el espíritu maligno no falsifica tanto las otras
devociones sino las de Jesús y de María, la devoción a la sagrada comunión y a Nuestra
Señora, que son, entre las otras devociones, lo que el oro y la plata entre los
metales.
91. Es pues, muy importante, conocer
primero las falsas devociones a la Santísima Virgen, para evitarlas, y la
verdadera, para abrazarla; en segundo lugar, entre tantas prácticas diferentes
de la verdadera devoción a Nuestra Señora, cuál es la más perfecta, la más
agradable a la Santa Virgen, la más gloriosa a Dios y la más santificante para
nosotros, a fin de prendernos a ella.
ARTICULO I
Señales de la falsa y de la verdadera devoción a Nuestra Señora
§ 1. Los falsos devotos y las falsas devociones a Nuestra Señora
92. Considero
que hay siete clases de falsos devotos y de falsas devociones a la Santa
Virgen, que son: 1° - Los devotos críticos; 2°
los devotos escrupulosos; 3° los devotos exteriores; 4° los
devotos presuntuosos; 5° los
devotos inconstantes; e 6° los
devotos hipócritas; 7° los devotos interesados.
1° LOS DEVOTOS CRITICOS
93. Los devotos críticos son, por lo general, sabios orgullosos, espíritus fuertes
y suficientes, que tienen en el fondo alguna devoción a Nuestra Señora pero que
critican casi todas las prácticas de piedad a la Santa Virgen que las gentes
simples rinden simple y santamente a esta buena Madre, pues no se acomodan a su
fantasía. Ponen en duda todos los milagros e historias referidas por autores
dignos de fe, o sacadas de las crónicas de las órdenes religiosas, que dan fe
de las misericordias y del poder de la Santísima Virgen.
No saben mirar más sino con
lástima a gentes simples y humildes de rodillas ante un altar o imagen de Nuestra
Señora, a veces en el costado de una calle, para rezarle a Dios; y hasta los acusan
de idolatría, como si adorasen la madera o la piedra; dicen que no gustan de esas
devociones exteriores y que no tienen el espíritu tan débil como para dar fe a
tantos cuentos e historias atribuidas a la santa Virgen.
Cuando se les comentan las admirables
alabanzas que los Santos Padres tributan a la Santa Virgen , o responden que hablaban
como oradores, por exageración, o dan una falsa explicación a sus palabras 1).
Esta clase de falsos devotos y
gente orgullosa y mundana son muy de temer y hacen un daño infinito a la
devoción a la Santísima Virgen, alejando hábilmente a los pueblos, so pretexto
de desterrar los abusos.
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1) N. de los editores: No se crea
que el P. Montfort en esta página haya forzado la nota: era la época en que
estos “devotos críticos” trataban de difundir entre los fieles escritos
envenenados , como ese panfleto de Windenfelt
denominado “Consejos saludables de la B.V.M. a sus devotos indiscretos”
(v. Lhoumeau , Vida Espiritual, p. 17, Terrien, IV vol., p. 478).
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2° DEVOTOS ESCRUPULOSOS
94. Los devotos escrupulosos son gente que teme deshonrar
al Hijo honrando a la Madre, rebajar al uno elevando a la otra. No pueden
sufrir que se dén a la Santa Virgen las justísimas alabanzas, que le tributaron
los Santos Padres; apenas toleran que haya más gente arrodillada ante un altar
de María que ante un altar del Santísimo Sacramento, como si uno fuese
contrario al otro; como si aquellos que le rezan a la Santa Virgen no le
rezasen a Jesucristo por medio de Ella! No quieren que se hable tanto de la
Santa Virgen, que se acuda tantas veces a Ella.
He aquí algunas frases que les
son frecuentes: ¿Para qué tantos rosarios, tantas cofradías y tantas devociones
exteriores a la Santa Virgen? Hay en esto mucha ignorancia. Es hacer una mascarada de nuestra
religión. Háblenme de los devotos de Jesucristo (ellos lo nombran a menudo
sin descubrirse, comento entre paréntesis): hay que recurrir a Jesucristo, él
es nuestro único Mediador, hay que predicar a Jesucristo, esto es lo sólido!
Lo que dicen es, en cierto
sentido, verdadero, pero, según ellos lo explican -para impedir la devoción a
la Santísima Virgen- es muy peligroso, y una sutil trampa del maligno so
pretexto de un bien mayor, pues jamás se honra tanto a Jesucristo como cuando
más se honra a la Santísima Virgen, porque no se la honra sino con el fin de
honrar más perfectamente a Jesucristo, pues no vamos a Ella sino como camino
para llegar al término al que vamos, que es Jesús.
95. La Santa Iglesia, con el
Espíritu Santo, bendice primero a la Santa Virgen, y a Jesucristo en segundo
lugar: benedicta tu in mulieribus, et
benedictus fructus ventris tui Jesus. No porque la Santísima Virgen sea más
que Jesucristo o igual a El: esto sería una herejía intolerable, sino que, para
bendecir más perfectamente a Jesucristo, hay que bendecir antes a María.
Digamos pues, con todos los verdaderos devotos de la Santa Virgen, contra estos
falsos devotos escrupulosos: Oh María, Tú
eres bendita entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
3° LOS DEVOTOS EXTERIORES
96. Los devotos exteriores son personas que hacen consistir toda la
devoción a la Santísima Virgen en prácticas externas, que no gustan sino de lo
exterior de la devoción a la Santísima Virgen porque no tienen espíritu
interior; que rezarán cantidad de rosarios a las apuradas, asistirán a varias
misas sin atención, irán a las procesiones sin devoción, ingresarán a todas las
cofradías sin enmienda de su vida, sin hacer violencia a sus pasiones y sin
imitar las virtudes de esta benditísima Virgen. Sólo gustan lo sensible de la
devoción, sin buscar lo sólido; si no experimentan algo sensible en sus
prácticas espirituales, creen que no hacen nada, ellos se desalientan, abandonan
todo o lo hacen todo sin continuidad.
El mundo está lleno de esta clase
de devotos exteriores, y no hay gente que más critique de las personas de
oración, que ponen empeño en lo interior como lo esencial, sin menospreciar el
exterior de modestia que acompaña siempre la verdadera devoción.
4° LOS DEVOTOS PRESUNTUOSOS
97. Los devotos presuntuosos son pecadores entregados a
sus pasiones, o amantes del mundo que, bajo el bello nombre de cristianos y de
devotos de la santa Virgen, esconden o el orgullo, o la avaricia, o la
impureza, o la embriaguez, o la cólera, o el perjurio, o la maledicencia, o la
injusticia, etc.; que duermen en paz en sus malos hábitos sin hacerse mucha
violencia para corregirse, so pretexto de que son devotos de la santa Virgen;
que se prometen que Dios les perdonará, que no morirán sin confesión, y que no
se condenarán, porque rezan su rosario, porque ayunan el sábado, porque son de
la cofradía del Santo Rosario o del Escapulario, o alguna de sus
congregaciones, porque llevan el pequeño hábito o la cadenilla de la Santa
Virgen, etc.
Cuando se les dice que su
devoción no es más que una ilusión del demonio y una presunción perniciosa
capaz de llevarlos a su perdición, no lo quieren creer; dicen que Dios es bueno
y misericordioso, que no nos ha criado para condenarnos, que no hay hombre que
no peque; que ellos no morirán sin confesión; que un buen Señor, pequé a la hora de la muerte, basta; máxime dado que son
devotos de la Santa Virgen; que ellos usan el escapulario; que ellos rezan
todos los días puntualmente y sin vanidad 1) siete Padrenuestros y Avemarías en
su honor; que ellos rezan, incluso, algunas veces el rosario y el Oficio de la
Santa Virgen; que ellos ayunan, etc.
En confirmación de lo que dicen y
cegarse más alegan algunas historias que han oído o leído en libros, verdaderas
o falsas –que para ellos poco importa-, donde se asegura que personas muertas
en pecado mortal, sin confesión, porque durante su vida habían rezado algunas
oraciones o ejercitado algunas prácticas de devoción a la Virgen, o resucitaron
para confesarse, o su alma permaneció milagrosamente en el cuerpo hasta la
confesión, o, por misericordia de la Virgen, obtuvieron de Dios, a su muerte,
la contrición y el perdón de sus pecados y por consiguiente se salvaron, y así
esperan ellos la misma suerte.
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1 N.
del autor: Es decir, fiel y humildemente
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98. Nada hay tan dañoso, en el
Cristianismo, como esta presunción diabólica: pues ¿puede decirse en verdad que
se ama y honra a la Virgen cuando por sus pecados, se traspasa, se crucifica y
se ultraja despiadadamente a Jesucristo, su Hijo?
Si María se creyese obligada a
salvar por su misericordia esta clase de gentes, Ella autorizaría el crimen, y
ayudaría a crucificar y ultrajar a su Hijo. ¿Quién osaría jamás pensarlo?
99. Digo que abusar así de la
devoción a la Santísima Virgen que, después de la devoción a Nuestro Señor en
el Santísimo Sacramento es la más santa y la más sólida, es cometer un horrible
sacrilegio que, después de la comunión sacrílega, es el mayor y más indigno de
perdón.
Confieso que, para ser verdaderamente
devoto de la Santa Virgen, no es absolutamente necesario ser tan santo que se
evite todo pecado, aunque esto sea de desear; pero sí es menester a lo menos
(nótese bien lo que voy a decir):
Primeramente, mantenerse en una resolución
sincera de evitar al menos todo pecado mortal, que ultraja a la Madre tanto
como al Hijo;
Segundo, hacerse violencia para
evitar el pecado;
Tercero, inscribirse en
cofradías, rezar los cinco, o los quince, misterios del rosario, u otras
oraciones, ayunar los sábados, etc.
100. Esto es maravillosamente
útil para la conversión de un pecador, aunque esté endurecido; y si mi lector
se encuentra en esa situación, aunque tenga ya un pie en el abismo, le aconsejo
pero a condición que haga estas buenas obras sólo con la intención de obtener
de Dios, por intercesión de la Virgen, la gracia de la contrición y el perdón
de sus pecados, y de vencer sus malos hábitos, y no para permanecer pacíficamente
en estado de pecado, contra los remordimientos de su conciencia, a ejemplo de
Jesucristo y de los santos, y las máximas del Santo Evangelio.
101. 5° LOS DEVOTOS INCONSTANTES
Los devotos inconstantes son aquellos que son devotos de la Virgen a intervalos
y por arranques; tan pronto son fervientes, como tibios; en un momento parecen dispuestos a hacerlo
todo por su servicio, y, poco después, ya no son los mismos. De pronto abrazan todas
las devociones marianas; entran en sus cofradías, y luego no cumplen sus reglas con fidelidad; cambian
como la luna 1), y María los pone debajo
de sus pies con la media luna, pues son cambiantes e indignos de ser contados
entre los servidores de esta Virgen fiel, los cuales tienen por herencia la
fidelidad y la constancia. Más vale no cargarse con tantas oraciones y
prácticas devotas, y hacer menos pero con amor y fidelidad, a pesar del mundo,
el demonio y la carne.
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1) N. de la R. La luna, en razón
de sus variaciones, es tomada frecuentemente por los antiguos autores místicos
como símbolo de los cambios del alma inconstante – Cf. Eclesiástico, XXVII, 12;
S. Bernardo, Sermo super Signum magnum, n. 3.
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102. 6° LOS DEVOTOS HIPOCRITAS
Hay también falsos devotos a la
Santa Virgen que son los devotos hipócritas,
que cubren sus pecados y sus malos hábitos bajo el manto de esta Virgen fiel, a
fin de pasar a los ojos de los hombres por aquello que no son.
103. 7° LOS DEVOTOS INTERESADOS
Quedan por fin los devotos
interesados, que no recurren a la Santa Virgen sino por ganar algún pleito,
para evitar algún peligro, para curarse de una enfermedad, o por alguna otra
necesidad de esta índole, sin lo cual la olvidarían; y unos y otros son falsos
devotos, que no son dignos de estar ante Dios ni su Santa Madre.
* * *
104. Guardémonos de ser del
número de los devotos críticos, que nada creen y lo critican todo; de los
devotos escrupulosos, que temen ser excesivamente devotos de la Santa Virgen
por respeto a Jesucristo; de los devotos exteriores, que cifran toda su
devoción a la Santa Virgen en prácticas externas; de los devotos presuntuosos
que, bajo pretexto de su falsa devoción a la Santa Virgen, se acuestan viven
encenegados en sus pecados; de los devotos inconstantes que, por ligereza, mudan
sus prácticas de devoción o las dejan totalmente a la menor tentación; de los
devotos hipócritas que entran en las cofradías y visten el hábito de la Virgen para
pasar por buenos; y, en fin, de los devotos interesados, que no recurren a la
Santa Virgen más que para librarse de los males del cuerpo, o para obtener bienes
temporales.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
© Traducido del original francés, tratando de conservar el estilo de San Luis María Grignion de Montfort, por la Redacción de ipsaconteret.blogspot.com - Luis María Mesquita Errea - Elena B. Brizuela y Doria de Mesquita E. - Ezequiel María Benedicto Mesquita
A.M.M.G.
A.M.M.G.
)
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