viernes, 15 de noviembre de 2019

Cap. II - Muy difícil nos es conservar las gracias y tesoros recibidos de Dios (TVD, 87-9)











ARTICULO V
Muy difícil nos es conservar las gracias y los tesoros recibidos de Dios
QUINTA VERDAD
87. Es muy difícil, dada nuestra flaqueza y fragilidad, que conservemos las gracias y tesoros recibidos de Dios:
1° Porque este tesoro, que vale más que el cielo y la tierra, lo tenemos en vasos frágiles: Habemus thesaurum istum in vasis fictilibus 1); en un cuerpo corruptible, en un alma débil e inconstante, que por nada se turba y abate.
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II Cor., IV, 7
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88. 2° Porque los demonios, ladrones finos, quieren sorprendernos de improviso para robarnos y desvalijarnos: espían día y noche el mejor momento para hacerlo; nos rodean incesantemente para devorarnos y arrebatarnos en un instante, por un pecado, todo lo que hemos podido ganar de gracias y méritos en varios años. Su malicia, su experiencia, sus astucias y su número nos   debe hacer temer vehementemente esta desgracia, dado que personas más llenas de gracias, más ricas en virtudes, más experimentadas y más elevadas en santidad han sido sorprendidas y lastimosamente robadas y saqueadas.
¡Ay!, ¡cuántos cedros del Líbano y cuántas estrellas del firmamento se han visto caer miserablemente y perder en poco tiempo toda su alteza y su claridad! ¿De dónde tuvo  origen esta mudanza tan extraña? No fue falta de gracia, que a nadie falta, sino falta de humildad. Se creyeron más fuertes y suficientes de lo que eran; se creyeron capaces de guardar sus tesoros; se fiaron de sí y se apoyaron en sí mismos; consideraron su casa suficientemente segura y sus cofres suficientemente fuertes para guardar el precioso tesoro de la gracia, y por esta confianza imperceptible que tenían en sí mismos (aunque les pareciera que se apoyaban únicamente en la gracia de Dios), el Señor justísimamente permitió que fuesen saqueados, librándolos a sí mismos. ¡Ay! Si hubiesen conocido la devoción admirable que mostraré a continuación, habrían confiado su tesoro a una Virgen poderosa y fiel, que se los hubiera guardado como un bien propio, teniéndolo inclusive como deber de justicia.
89.   3° Es difícil perseverar en la justicia a causa de la extraña corrupción del mundo. El mundo está ahora tan corrompido, que llega a ser como inevitable que los corazones religiosos queden ensuciados, si no con su lodo, al menos con su polvo; de suerte que es una especie de milagro que una persona se mantenga firme, en medio de este torrente impetuoso, sin ser arrastrado; en medio de este mar tempestuoso sin ser sumergido o saqueado por los piratas y corsarios; en medio de este aire pestilente sin ser contagiado por él. Sólo la Virgen, la única que permaneció fiel,  que en nada condescendió con la serpiente,  es quien hace este milagro en favor de aquellos y aquellas que (la sirven) en gran estilo*.
(* “de la belle manière” en el orig.).
Cfr. “TRAITÉ de La Vraie Dévotion à la Sainte Vierge”, de San Luis María de Montfort, 6e Édition – 48e-62e mille – PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie), LOUVAIN (Belg.)
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET conservando todo lo posible los términos y redacción del santo autor
© Luis M. Mesquita Errea - Elena B. Brizuela y Doria de Mesquita E. - ipsaconteret.blogspot.com

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