240. Ah, mi querido hermano, rompamos las cadenas de los pecados y de los pecadores, del mundo y de los mundanos, del diablo y de sus secuaces, y arrojemos lejos de nosotros su funesto yugo: Dirumpamus vincula eorum et projiciamus a nobis jugum ipsorum. Metamos nuestros pies, para servirme de los términos del Espíritu Santo, en sus gloriosos cepos, y nuestro cuello en su argolla: Injice pedem tuum in compedes illius, et in torques illius collum tuum (Eccli, 27). Inclinemos nuestros hombros y tomemos a cuestas la Sabiduría, que es Jesucristo y no nos sean desabridas sus cadenas: Subjice humerum tuum et porta illam, et ne acedieris vinculis ejus (Eccli 6, 25). Notarás que el Espíritu Santo, antes de decir estas palabras, prepara así el alma, para que no rechace tan importante consejo. He aquí sus palabras: Audi, fili, et accipe consilium intellectus, et ne abjicias consilium meum (Eccli 6): escucha, hijo mío, y recibe un sabio aviso de entendimiento, y no deseches mi consejo.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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