ORACION ABRASADA de
San Luis María Grignion de Montfort
[o bien: ORACION PIDIENDO APOSTOLES PARA LAS
ACTUALES CALAMIDADES*]
San Luis María Grignion de Montfort
compuso esta oración teniendo en vista a los Apóstoles de los Ultimos Tiempos.
En nuestra época, marcada por las advertencias y promesas de Fátima, la aflicción
de la Santa Iglesia es tan universal y profunda que, con algunas adaptaciones,
se pueden aplicar estas palabras de fuego: que el Inmaculado Corazón de María
nos conceda Sacerdotes y Apóstoles laicos -semejantes a estos admirables
misioneros de que nos habla el Santo- que, como instrumentos de la Virgen Santísima,
logren la exaltación de la Esposa de Cristo y la derrota de las huestes
infernales. (La división en días y los subtítulos son de Preces*).
1º DÍA: SUSCITAD HOMBRES DE VUESTRA DIESTRA
[1] Memento, Domine, Congregationis tuae, quam
possedisti ab initio* (cf.
Ps 74 [73], 2). Acordaos, Señor, de vuestra Congregación, que habéis
poseído desde toda la eternidad, pensando en ella en vuestro espíritu ab initio; que habéis poseído en
vuestras manos cuando sacasteis el universo de la nada ab initio;que poseíste en vuestro corazón cuando vuestro querido
Hijo muriendo en la cruz la regaba con su sangre y la consagraba por su muerte
confiándola a su Madre Santísima. Memento Congregationis tuae quam
possedisti ab initio*
(*Acuérdate
de tu congregación, que ha sido desde el principio tu posesión. Cf. Antiguo
Testamento, Cultural SA, Madrid).
[2] Escuchad, Señor, los designios de vuestra
misericordia; suscitad hombres de vuestra diestra, tales como los habéis
mostrado, dándoles conocimientos proféticos, a algunos de vuestros mayores siervos,
un San Francisco de Paula, un San Vicente Ferrer, una Santa Catalina de Siena,
y a tantas otras grandes almas en el siglo pasado y aún en éste en que vivimos.
[3] Memento: Dios Todopoderoso, acordaos de esta Compañía aplicándole la
omnipotencia de vuestro brazo, que no ha disminuido, para darla a luz y
conducirla a su perfección: Innova signa, immuta mirabilia (Si 36,6), sentiamus adjutorium brachii tui*: Oh gran Dios, que podéis hacer
de las piedras brutas otros tantos hijos de Abraham, decid una sola palabra
como Dios para enviar buenos obreros a vuestra cosecha y buenos misioneros a
vuestra Iglesia.
(*Renovad los prodigios y haced
milagros nuevos (Si 36,6); que sintamos la ayuda de vuestro brazo)
[4] Memento: Dios de bondad, acordaos de vuestras
antiguas misericordias, y por esas mismas misericordias acordaos de esta congregación;
acordaos de las reiteradas promesas que nos habéis hecho por vuestros profetas
y por vuestro propio Hijo de atendernos en nuestros justos pedidos. Acordaos de
las oraciones que vuestros siervos y siervas os han hecho sobre este asunto durante
tantos siglos; que sus deseos, sus sollozos, sus lágrimas y su sangre derramada
vengan a vuestra presencia y soliciten poderosamente vuestra misericordia. Pero
acordaos sobre todo de vuestro amado Hijo: respice in faciem Christi tui*
(Ps 84 [83] 10). Su agonía, su confusión y su queja amorosa en el Huerto
de los Olivos, cuando dijo: quae utilitas in sanguine meo* (Ps 30 [29],
10). Su cruel muerte y su sangre derramada os griten altamente misericordia, a
fin de que, por medio de esta Congregación, su imperio sea establecido sobre
las ruinas de sus enemigos.
(*Pon los ojos
en el rostro de tu Cristo)
(*¿Qué utilidad te
acarreará mi muerte[...]?),
[5] Memento: Acordaos, Señor, de esta comunidad a los efectos de vuestra justicia. Tempus
faciendi, Domine, dissipaverunt legem tuam (Ps 119 [118], 126): es tiempo
de hacer lo que habéis prometido hacer. Vuestra divina ley es transgredida,
vuestro Evangelio es abandonado, los torrentes de iniquidad inundan toda la
tierra y arrastran hasta vuestros siervos, toda la tierra está desolada, la
impiedad está sobre el trono, vuestro santuario es profanado y la abominación está hasta en el lugar santo. ¿Dejaréis todo así al
abandono, justo Señor, Dios de las venganzas? ¿Se tornará todo al final como
Sodoma y Gomorra? ¿Os callaréis siempre? ¿Soportaréis siempre?¿No hace falta
que vuestra voluntad se haga sobre la tierra como en el cielo y que venga [a
nosotros] vuestro reino? ¿No habéis mostrado anticipadamente a algunos de
vuestros amigos una futura renovación de vuestra Iglesia? ¿Los judíos no deben
convertirse a la verdad?¿No es eso lo que la Iglesia espera? ¿Todos los santos del cielo no os gritan justicia: vindica
(Ap. 6,10)?¿Todos los justos de la tierra no os dicen: amen, veni,
Domine*? (Ap 22,20). Todas las criaturas, aún las más insensibles,
gimen bajo el peso de los innumerables
pecados de Babilonia y piden vuestra venida para restablecer todas las cosas. Omnis
creatura ingemiscit, etc. (Cf. Rom, 8,22).
(*Es tiempo de
obrar, Señor, han echado por el suelo tu ley)
(**Amen, venid
Señor?)
(***Todas las
creaturas están suspirando...)
Traducido del original francés por este blog Ipsa Conteret conservando en todo lo posible el estilo del autor, San Luis María Grignion de Montfort
A.M.M.G. - AD 2021
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(*) Ipsa Conteret emplea en esta traducción del francés de la Oración Abrasada de San Luis María Grignion de Montfort los adecuados subtítulos de Preces, VI Semana de Estudios de "CATOLICISMO", A.D. 1958, que sintetizan lo que el gran santo francés del s. XVII, precursor de la Chouannerie, pedía en su lenguaje abrasado
Continuará en: 2º DIA: DESAPEGADOS DE TODO AFECTO TERRENO
2º DIA: DESAPEGADOS DE TODO AFECTO TERRENO
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