57. Serán nubes tronantes que surcarán los aires al menor soplo del Espíritu Santo que, sin apegarse a nada, ni desconcertarse por nada, ni dejarse afectar por nada, derramarán la lluvia de la palabra de Dios y de la vida eterna. Tronarán contra el pecado, bramarán contra el mundo, descargarán golpes contra el demonio y sus secuaces y, con su espada de dos filos de la palabra de Dios1), atravesarán de parte a parte, para la vida o la muerte, a todos aquellos a quienes serán enviados de parte del Altísimo.
1) Cf. Ef., VI, 17
2) Ps. LXVII, 14
Traducido por nuestra Redacción del original francés, conservando en todo lo posible las expresiones de San Luis María
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