II. Los Apóstoles de los últimos tiempos
55. En fin, Dios quiere que su Santa Madre sea ahora más conocida, más amada, más honrada de lo que jamás ha sido: lo que sucederá sin duda si los predestinados entran, con la gracia y la luz del Espíritu Santo, en la práctica interior y perfecta que les descubriré a continuación. Y así verán claramente, en toda la medida en que lo permite la fe, a esta bella estrella del mar, y llegarán a buen puerto, a pesar de las tempestades y de los piratas, siguiendo su comando; conocerán las grandezas de esta Soberana y se consagrarán enteramente a su servicio, como sus súbditos y esclavos de amor; sentirán sus dulzuras y bondades maternales y la amarán tiernamente como sus hijos bienamados; conocerán las misericordias de las que Ella es plena y las necesidades que tienen de su socorro, y recurrirán a Ella en todas las cosas como a su querida abogada y medianera para con Jesucristo; sabrán que Ella es el medio más suelto, más corto y más perfecto para ir a Jesucristo, y se entregarán a Ella de cuerpo y alma, sin lugar a partición, para ser de Jesucristo de este mismo modo.
(Traducido del original francés)
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