198. 3° – Ellos son sumisos y obedientes a la Santa
Virgen, como a su bondadosa Madre, a ejemplo de Jesucristo quien, de treinta y
tres años que vivió sobre la tierra, empleó treinta en glorificar a Dios su
Padre mediante una perfecta y entera sumisión a su Santa Madre. Ellos la
obedecen siguiendo exactamente sus consejos, como el pequeño Jacob los de
Rebeca, a quien ella le dijo: Acquiesce
consiliis meis (Gen. 27,8). Hijo mío, sigue mis consejos; o como los sirvientes
[n.: les conviés, en el orig.] de las
Bodas de Caná, a los que la Santa Virgen les dice: Quodcumque dixerit vobis facite: Hagan todo lo que mi Hijo les diga (Jn. 2,5). Jacob, por haber
obedecido a su madre, recibió la bendición como por milagro, aunque
naturalmente no debiera haberla recibido; los invitados a las Bodas de Caná,
por haber seguido el consejo de la Santa Virgen, fueron honrados con el primer
milagro de Jesucristo, que convirtió el agua en vino a ruego de su Santa Madre. Del mismo modo, todos los que, hasta el
fin de los siglos, reciban la bendición del Padre celestial y sean honrados por
los prodigios de Dios, no recibirán estas gracias sino en consecuencia de su
perfecta obediencia a María.
Los Esaús, al contrario, pierden su bendición, por
falta de sumisión a la Santa Virgen.
Traité de la Vraie Dévotion à la Sainte Vierge
PÈRES MONTFORTAINS (Cie de Marie)
Todas las citas bíblicas pertenecen a la obra de San Luis María y son tomadas de la Biblia Vulgata, biblia oficial de la Santa Iglesia traducida de los manuscritos originales por San Jerónimo, Doctor de la Iglesia
Traducido del original francés por este blog IPSA CONTERET, privilegiando las expresiones originales del Santo sobre expresiones castellanas más habituales
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